"El problema que se nos plantea ya no es cómo mantener el ritmo cotidiano de la urbe, sino de qué manera combatir la fatiga mental en un entorno que nos sobreestimula y nos impide poner el contador a cero. Muchas veces, cuando cerramos los ojos en busca de una evasión momentánea, viajamos mentalmente a un bosque, a un lago, a un valle. Y no es casual que nos transportemos allí para recuperar el sosiego."
Muito interessante este artigo publicado na revista semanal do El País sobre o efeito que a Natureza tem no controlo do stress. O problema fica mais grave e complexo quando a Natureza é destruída (veja-se o rio Noemi)...
O que nos resta? Para onde vamos?
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